por The Ayurveda Experience noviembre 07, 2015
Según el Ayurveda, cinco elementos constituyen la base de todo el mundo físico, desde un grano de arena hasta la compleja fisiología del cuerpo humano. Estos elementos —Éter, Aire, Fuego, Agua y Tierra— son los pilares de toda existencia material.
El éter (akasha) es el espacio donde todo sucede. Es el hogar de todos los objetos del universo. Es el espacio que ocupan todos los demás elementos. Posee las cualidades de frío, luz, inmovilidad y sutileza. Es omnipresente y expansivo. No tiene límites.
Dentro del cuerpo, representa el hueco de los intestinos, los vasos sanguíneos, la vejiga y el espacio dentro de los pulmones. El órgano sensorial es el sonido.
El aire (vayu) es existencia sin forma. Es la forma gaseosa de la materia, dinámica. Tiene cualidades de frescor, aspereza, movilidad, fluidez, dureza, claridad y sequedad.
Quizás estés familiarizado con el Prana, la fuerza vital. Sin él, la vida no es posible.
El aire permite la circulación de la sangre, el movimiento de la respiración, el deslizamiento de los impulsos nerviosos y el flujo de los pensamientos. El órgano sensorial es el tacto.
El fuego (agni) tiene el poder de transformar el estado de cualquier sustancia. Tiene la capacidad de generar calor y luz. Posee cualidades como calor, agudeza, sequedad, aspereza, ligereza, suavidad y claridad.
Genera energía en el cuerpo y regula la digestión, la asimilación y la percepción. Activa nuestro intelecto. El órgano sensorial es la vista.
El agua (apas) es el elemento refrescante. Es necesaria para la supervivencia de todos los seres vivos: el protector. Es el puente entre el estado gaseoso y el sólido. Proporciona al cuerpo los nutrientes básicos y alivia el dolor y la inflamación. El agua es fresca, estable, pesada, fluida, opaca, turbia, suave y lisa.
En nuestro cuerpo, el agua estabiliza el flujo de impulsos neurológicos, protege las articulaciones de la fricción y evita que las membranas mucosas se sequen. La lengua nos permite saborear el mundo que nos rodea. Nuestras papilas gustativas solo funcionan con saliva, cuando hay agua. El órgano sensorial es el gusto.
La Tierra (prithvi) representa el estado sólido y estable de la materia y la estructura del universo. Acuna y sostiene a todos los seres vivos del planeta, ofreciéndoles alimento y refugio.
El elemento tierra proporciona la estructura para el crecimiento y desarrollo saludables de los tejidos corporales, los huesos y los músculos. Las cualidades de la tierra son: frío, denso, opaco, pesado, grosero, estable, claro y duro. El órgano sensorial es el olfato.
Nosotros como individuos somos una expresión única de esta conciencia.
Los cinco elementos están presentes en todos nosotros, pero las proporciones varían de una persona a otra. Este concepto de constitución (prakruti en sánscrito) es el marco fundamental del Ayurveda. Nuestra inteligencia corporal individual, o dosha, se conoce como vata, pitta y kapha.
Prakruti, tu constitución esencial, permanece inalterada a lo largo de nuestra vida y está determinada genéticamente desde el momento de la concepción; incluso la dieta, el estilo de vida y el estado emocional de tus padres influyen en tu prakruti.
¡Prakruti es entonces tu modelo personal para esta vida!
Los doshas rigen las horas del día, las estaciones del año y los momentos de nuestro ciclo vital, desde el nacimiento hasta la muerte. Regulan órganos específicos y el funcionamiento de nuestros sistemas corporales. Representan el clima y el entorno, y se utilizan para explicar nuestras circunstancias personales.
Comprender nuestra constitución juega un papel importante en cómo vivimos nuestras vidas de manera efectiva y cómo podemos implementar el autocuidado a través de regímenes, dieta y elecciones de estilo de vida para recuperar el equilibrio en tiempos de estrés, enfermedad y dentro de las estaciones cambiantes, incluso a medida que envejecemos.
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